La gerente de la Asociación de Coquizadores de Norte de Santander, Angélica León, indicó que, después de más de 60 días del derrumbe en El Tarrita, la capacidad de aguante de sector está agotada.
Nota publicada en el diario La Opinión
El sector de la coquización de Norte de Santander no pasa por buenos momentos, porque, a la caída de los precios en el mercado internacional, se le suma el cierrea de la vía Cúcuta-Ocaña, la cual conecta con la costa atlántica.
Esta ruta es de vital importancia para el desarrollo económico de la región y el país; hasta el pasado 31 de mayo era el único trayecto en el que se venía transportando el carbón y el coque para destino exportación.
La gerente de la Asociación de Coquizadores de Norte de Santander, Angélica León, indicó que, después de más de 60 días del derrumbe en el sector El Tarrita, que ocasionó el cierre de la vía, la capacidad de aguante de sector empresarial está agotada.
Enfatizó que la caída en el mercado internacional ha causado la disminución de la producción, inclusive, el apagado de varias plantas coquizadoras, por lo que el cierre de la vía agrava el momento crítico, afectando a miles de empleos directos e indirectos del sector y en general a la cadena productiva.
“Es muy preocupante lo que sucede y solicitamos que desde el Gobierno Nacional se atienda de forma contundente, porque, a pesar de los pronunciamientos de los diferentes gremios, no ha sido posible llamar la atención para que generen acciones que alivien el sobrecosto logístico”, afirmó León.
La representante de los productores y comercializadores de coque señaló que algunas de esas acciones que se plantean para alivianar el fuerte aumento en los precios de los fletes son la suspensión del cobro de la estampilla Prodesarrollo Fronterizo para vehículos de carga, una tarifa diferencial en el combustible para los vehículos de carga de exportación y el no pago o la disminución en las tarifas de los peajes.
“La situación actual de la vía es una agravante para aquellas plantas que aún continúan en operación, ya que la vía alterna Cúcuta-Bucaramanga-costa atlántica no solo altera la distancia y los costos en fletes, peajes, combustible, desgaste vehicular entre otros, si no que ocasiona altas pérdidas económicas, riesgos para el cumplimiento de entrega, distanciando aún más la posibilidad de la reactivación del mercado del coque en particular”, recalcó la gerente de la Asociación de Coquizadores.
El presidente regional de Colfecar en el departamento, Leonardo Méndez, destacó que las pérdidas por el cierre de la vía sobrepasan los $5.000 millones y que los fletes pasaron de $4 millones a $8 millones por carga, porque son 12 horas más de viaje al tener que dar la vuelta por la capital de Santander.
De acuerdo con los gremios de la región, se están dejando de vender 180.000 galones de gasolina diarios, al tiempo que las actividades de hoteles y restaurantes, talleres de mecánica, entre otros, se redujeron.